El Centre d’Art La Rectoria us convida a visitar els tallers on els nostres becaris 2013, Ryoko Tanida (Kaya no Soto), Gonzalo Rodríguez (Lo que calla la buhardilla) i Beatriz Hernández (Cartografies imprevistas), han realitzat el seu projecte. Lloc: Centre d’Art La Rectoria Dia: 26 d’octubre Hora: 12,30. |
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Ryoko Tanida
Existe una frase en japonés que se refiere a la exclusión de algo importante o de alguien de un determinado grupo. De manera simplificada esta frase viene a decir: “tratar a alguien como a un extranjero”. La mosquitera está delimitada por unos estrechos bordes que funcionan como metáfora de la línea divisoria de una frontera real o intangible, como puede ser el caso de la religión, las razas, el lenguaje u otras diferencias relativas. Al mismo tiempo, el borde de la red tiene dos caras diferentes, el interior y el exterior, como sucede también en la contraposición entre un individuo y el resto de las personas que le rodean. Debemos mantenernos en ambos lados de la mosquitera. Esta obra trata de acercar ambos lados. Normalmente cuando creo una obra como ésta, suelo utilizar el mismo motivo, que me sirve para dar con los aspectos más universales o permanentes. Pretendo realizar estos bordados sobre la superficie de la red para conseguir que al mismo tiempo surjan diferentes lecturas de la obra. |
Gonzalo Rogríguez
Desde arriba nada se escucha, parece que la casa hubiera quedado borrada del resto del mundo, silenciada entre sus paredes con sonidos opacos llegados desde fuera, repitiéndose constantemente e inundando cada sala de ecos vacíos. Solo cuando los pasos se dirigen abajo es cuando se empieza a sentir la tierra, la frontera que separa dos tipos de pulso, este pulso encapsulado en el tiempo que es la casa y aquél que vive acelerado justo detrás de las ventanas. Desde dentro todavía no se siente, pero al llegar al estudio, con los sonidos intactos del escultor, comienza a filtrarse otra voz. Un hilo incesante de sonidos que transforma y matiza cada objeto, inundándolo todo de brillos y luces ambiguas. Desde aquí asoma ese otro pulso que se desliza a través de las cañas de bambú y recorre el estudio, trayendo a su paso una hojarasca con la que se confunden los bordes entre estas dos vidas. Lo he descubierto justo en este lugar. |
Beatriz Hernández
Saramago escribió que siempre terminamos llegando adonde nos esperan, sin embargo, cómo evitar extraviarse, perderse en medio del camino para poder llegar al destino, la mejor solución es trazar un mapa de lo vivido, una cartografía del itinerario recorrido, por el que no se puede volver a transitar, e ir así descartando lugares. El proyecto realizado durante la estancia en la Rectoría consiste en la elaboración de un conjunto de pinturas simulando un gran mapa; las formas que he plasmado remiten, en clave abstracta, a paisajes, objetos o lugares que he ido encontrando en Sant Pere, a veces una montaña, otras un árbol o un fragmento del cielo. Cada una de las partes que conforman el panel documenta los días que he pasado en el centro, una suerte de diario visual, de bitácora de viajes, donde volcar todo lo vivido en este mes. |
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